martes, 17 de marzo de 2015

COMO LA VOLUNTAD LO PUEDE TODO




Cómo la voluntad lo puede todo y cómo todas las virtudes residen en la voluntad, siempre y cuando ésta sea recta. 


Mientras el hombre nota que su voluntad es buena, no se debe asustar grandemente de nada, ni ha de afligirse si no es capaz de aplicarla en las obras; por otra parte, si descubre en su fuero íntimo una genuina buena voluntad, no se debe considerar ajeno a las virtudes, pues la virtud y todo lo bueno residen en la buena voluntad. 

Si tienes una voluntad honesta y recta nada te puede faltar, ni el amor ni la humildad ni ninguna virtud. Antes bien, aquello que quieres poderosamente y con entera voluntad ya lo tienes, y Dios y todas las criaturas no te lo pueden quitar con tal de que la voluntad sea íntegra y verdaderamente divina y cifrada en el presente. 

No debe ser: «Quisiera próximamente», esto sería sólo en el futuro, sino: «¡Quiero que sea así, ahora mismo!» ¡Escucha pues! 

Si algo se halla a una distancia de mil millas y yo quiero tenerlo, lo tengo con más propiedad que aquello que tengo en mi seno y no quiero tenerlo. 

Lo bueno no es menos poderoso para el bien que lo malo para el mal. ¡Recuerda!: aunque yo no hiciera nunca ninguna obra mala, pero tuviera la voluntad de obrar el mal, yo habría caído en pecado como si hubiese ejecutado la acción; y con la voluntad decidida yo podría cometer un pecado tan grande como si hubiera matado todo el mundo sin haber ejecutado jamás la acción. 

¿Por qué la buena voluntad no podría lograr lo mismo? ¡De hecho, puede hacer mucho e incomparablemente más! 

De veras, con la voluntad lo puedo todo. Puedo sobrellevar las fatigas de todos los hombres y dar de comer a todos los pobres y hacer las obras de todos los seres humanos y cualquier cosa que se te ocurra. 

Si no te falta la voluntad sino sólo la capacidad, por cierto, lo habrás hecho todo ante Dios, y nadie te lo podrá quitar ni impedir aunque fuera por un solo momento; porque el querer hacer tan pronto como yo pueda hacerlo y el haberlo hecho, ante Dios son lo mismo. 

Si yo, además, quisiera tener tanta voluntad como la tiene el mundo entero, y si mi anhelo de tenerla es grande e íntegro, de veras la tengo; porque lo que quiero tener lo tengo. 

Si yo verdaderamente deseara tener tanto amor como lo han reunido todos los hombres en todos los tiempos, y si quisiera loar a Dios de la misma manera que todos ellos o hacer cualquier otra cosa que te puedas imaginar, pues, todo esto lo tienes en verdad, si la voluntad es perfecta. 

Ahora podrías preguntar: ¿Cuándo la voluntad es una voluntad recta? 

La voluntad es íntegra y recta cuando carece de ataduras al yo y ha salido de sí misma y se ha hecho imagen y forma dentro de la voluntad divina. Ah sí, cuanto más suceda esto, tanto más recta y verdadera es la voluntad. Y con semejante voluntad eres capaz de todo, ya se trate del amor o de lo que quieras.

Tratados y Sermones. Eckhart de Hochheim

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